
23/02/2025
La sazón no se estudia, se esculpe
En la cocina, hay conocimientos que se pueden aprender en libros y técnicas que se pueden perfeccionar con práctica y repetición. Pero la sazón es otra historia. No basta con conocer proporciones, tiempos o temperaturas; la sazón es un arte que se moldea con el tiempo, la sensibilidad y la intuición.
Así como un escultor no crea su obra solo con teoría, sino con manos que sienten la textura del material, un cocinero afina su sazón con cada plato, con cada ajuste de sal, con cada equilibrio de sabores que prueba y perfecciona. No es algo que se memoriza; es algo que se desarrolla, se p**e y se transforma con la experiencia.
La sazón es el reflejo del cocinero, de su historia, de su identidad. Se esculpe con la paciencia del que prueba una y otra vez, con la memoria de los sabores de la infancia, con la curiosidad de quien experimenta sin miedo. No es una fórmula, es una expresión. Y quien entiende esto, sabe que no hay atajos: la sazón se trabaja, se siente y se respeta.