15/02/2025
La Verdadera Historia de la Rosa Negra 🖤🌹
Gizella y Alexander
En una época lejana, en las tierras de Hungría, dos almas destinadas a amarse desafiaron al destino: Gizella, una joven de 18 años con un corazón frágil pero un espíritu indomable, y Alexander, un soñador de 20 años que la amaba más que a su propia vida.
Su amor era puro, intenso, un lazo irrompible que ni el tiempo ni la muerte podrían deshacer. Pero el mundo conspiraba en su contra. La familia de Gizella se la llevaría lejos, a otro país, con la esperanza de que los mejores doctores curaran su enfermedad del corazón. Pero ella no quería salvarse si eso significaba perder a Alexander.
La noche del 13 de febrero, en vísperas del Día de San Valentín, los enamorados huyeron juntos, escapando del destino que los separaba. Corrieron bajo la luna, tomados de la mano, riendo con la emoción de saberse libres, de saberse juntos.
El 14 de febrero, despertaron en un nuevo amanecer, rodeados de amor y esperanza. Fue el día más hermoso de sus vidas: rieron, bailaron, se abrazaron como si el tiempo no existiera. En ese instante, no había enfermedad, no había miedos… solo amor.
Paso el tiempo y la enfermedad de Gizzella avanzaba, desafortunadamente un año después, justamente el 13 de febrero, Gizella cayó en los brazos de Alexander, su aliento se hizo tenue, su piel más fría. Él la sostuvo con desesperación, negándose a aceptar lo inevitable. Pero su frágil corazón no resistió más.
Murió en el mismo día en que, un año antes, había sido la más feliz.
Alexander sintió su mundo derrumbarse. No podía concebir una vida sin ella. La culpa lo carcomía, el dolor lo consumía. El 14 de Febrero fué sepultada.
Alexander con el alma rota, dejó sobre su tumba una rosa roja y, con la voz quebrada, le dijo:
Siempre seguirás conmigo en cada latido de mi corazón estarás aquí, conmigo.
A menudo visitaba la tumba y le deja una rosa roja siempre con lágrimas en los ojos y el corazón roto.
El tiempo pasó, pero su amor no se apagó. Un año después, el 13 de febrero, en el primer aniversario de su muerte, Alexander regresó a su tumba, con el mismo dolor ardiendo en su pecho. Se arrodilló, dejando otra rosa roja, y allí, entre lágrimas, le habló de nuevo:
Gizella, eres mi amor eterno, el latido constante en el tiempo infinito de mi vida. Te amaré por siempre. 🖤
Al día siguiente, el 14 de febrero el día del amor Alexander regreso a visitar la tumba de su amada, con el corazón destrozado, regresó a su tumba para verla una vez más… y lo que encontró lo dejó sin aliento. La rosa roja que había dejado sobre la fría lápida se había vuelto negra como la noche, oscura y perfecta, como si la misma muerte la hubiese tocado.
Era su respuesta. Gizella seguía amándolo, aún después de la muerte.
Desde aquel día, la rosa negra se convirtió en un símbolo de amor eterno, un amor que ni la muerte puede destruir.
Así que, si alguna vez recibes una rosa negra, no temas… porque significa que alguien ha jurado amarte eternamente. 🖤🌹
Crédito :
Delirium Rosas Negras ✨