15/08/2025
CLAUDIO SAYES R0BA EN UCAYALI Y AHORA QUIERE PONER CANDIDATOS EN HUÁNUCO CON EL OTRO CORRUPTO DE BEQUER BEJARANO QUE ROBA A LA MUNICIPALIDAD DE AMARILIS
|| Claudio Sayes Zevallos, a quien se le relaciona como muy cercano a la vicegobernadora Jenny Reyna no ha firmado contratos con el Gobierno Regional de Ucayali ni figura como proveedor. Pero sus apellidos lo han llevado al centro de la conversación política por adjudicaciones que suman S/1 514 900 y que llevan directo a su hermano, Víctor Joel Sayes Zevallos.
Víctor Joel Sayes, de bajo perfil y sin antecedentes profesionales en obras consignados en la Sunat, acumuló contratos como representante legal común de consorcios que ganaron procesos para elaborar expedientes técnicos en distintos puntos de la región. Su actividad principal registrada es la venta por mayor no especializada, pero en la práctica asumió la conducción legal y administrativa de proyectos de infraestructura.
En abril de este año, el Consorcio Polideportivo Santa Rosa lo designó con amplias facultades -administrativas, judiciales y financieras- para un servicio valorizado en S/214 000.00, destinado a la elaboración del expediente técnico de un polideportivo en Campoverde. El contrato fijó como domicilio común el Jr. Marañón 290, en Callería, un dato que se repite en otros procesos.
Ese mismo mes, el Consorcio Polideportivo La Merced repitió la fórmula: idéntico representante legal, el mismo domicilio y un contrato por S/210 900.00 para elaborar otro expediente técnico en la misma jurisdicción. En ambos casos, Sayes Zevallos figuró como la única cara visible ante la administración pública.
A esos procesos se suman dos más que completan la suma millonaria: S/860 000.00 por la reformulación del expediente técnico de varios colegios de educación inicial en Callería, Manantay y Curimaná. Y S/230 000.00 por el expediente para la I.E. 65054 en Curimaná, gestionado desde la Gerencia Territorial de Padre Abad.
En todos los casos, la representación legal no era un detalle formal. El cargo implicaba abrir cuentas bancarias, girar cheques, actuar ante la Sunat, responder por la ejecución del proyecto y, de ser necesario, defenderlo en sede judicial. En resumen, ser la bisagra entre el consorcio y la entidad pública.
Mientras tanto, el hermano, es decir Claudio Sayes, se movía en el plano político. Su rol, comentado en los pasillos regionales, fue el de operador de campaña y viejo conocido del gobierno regional. Mantuvo una relación cercana con la vicegobernadora Jenny Reyna, con quien incluso se le vinculó sentimentalmente. Ella no negó la cercanía y la definió como amistad.
No hay evidencia de que Sayes haya ejercido un poder total ni de que haya dirigido la gestión desde la sombra. Pero sí queda claro que, dentro del círculo político regional, habría sabido colocar fichas y facilitar movimientos que terminarían beneficiando a su entorno familiar.
En ese contexto, hubo un episodio que dejó huella: la llegada de Nilo Cuenca a la jefatura de Imagen Institucional. Sayes lo habría propuesto y lo llevó. Desde entonces, el área se llenó de conocidos y personal prescindible, y acumuló episodios -relacionados directamente a Cuenca- que no reflejan la solvencia operativa que se esperaría de una unidad estratégica.
La historia se completa con una imagen de abril de 2011, donde Claudio Sayes aparece junto a Florencio Galarza Pardavé, quien en ese entonces era gerente municipal y representante del Gobierno Regional en Huánuco. La fotografía fue publicada en el blog personal de Galarza, que también detalla su trayectoria como economista y funcionario regional.
Galarza Pardavé, vinculado a la región Ucayali en calidad de empresario y político, ha sido mencionado en investigaciones recientes por presuntos vínculos con financiamiento electoral y adjudicación de contratos, algunos de ellos hoy en etapa de indagación fiscal. Su nombre ha aparecido en expedientes que involucran a alcaldes y funcionarios en casos de presunta colusión y corrupción.
La referencia a Galarza no es casual. En la política regional, las imágenes y las viejas relaciones funcionan como un mapa de lealtades que a veces trascienden gestiones y colores partidarios. La foto de 2011 es, en ese sentido, una postal de un entramado que sobreviviría y adaptaría al paso de los años.
Más allá de interpretaciones y presunciones, el dato duro es innegable: entre 2023 y 2025, el hermano de Claudio Sayes sumó contratos por S/ 1 514 900. Cuatro adjudicaciones, distintos consorcios, un mismo representante legal y un domicilio compartido.
Ese número es la verdadera pepa de la historia. No hay discurso que lo cambie. Es dinero público que, por mecanismos perfectamente formales, terminó siempre bajo la representación de una sola persona, unida por sangre a un operador político que conoce bien la maquinaria del gobierno regional.