12/05/2025
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-Te amo -dijo el principito...
-Yo también te quiero -dijo la rosa.
-No es lo mismo -respondió él...-.
Amar es la confianza plena de que pase lo que pase vas a estar, no porque me debas nada, no con posesión egoísta, sino estar, en silenciosa compañía.
Amar es saber que no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni mis inviernos.
Dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolver tanto amor, es abrir el corazón y dejarse amar.
-Ya entendí -dijo la rosa.
-No lo entiendas, vívelo -agregó el principito.
"El Principito", de Antoine De Saint-Exupéry
Una hermosa reflexión extraída de "El Principito" de Antoine De Saint-Exupéry. Esta conversación entre el Principito y la rosa nos invita a reflexionar sobre el verdadero significado del amor. El intercambio entre ellos destaca la importancia de la confianza, la compañía silenciosa y la inmutabilidad del amor a través del tiempo y las circunstancias.
El Principito explica que amar no se trata de posesión egoísta, sino de estar presente incondicionalmente para el otro, sin esperar nada a cambio. Amar implica aceptar a la otra persona tal como es, sin intentar cambiarla, y estar ahí en los momentos de calma y de tormenta.
Además, se menciona que dar amor no disminuye la cantidad de amor que se tiene, sino que lo incrementa. La reciprocidad del amor se logra al abrir el corazón y permitirse ser amado por el otro.
La rosa, al principio, parece comprender las palabras del Principito, pero él le insta a no solo entenderlo intelectualmente, sino a vivirlo en su totalidad. Esta enseñanza nos invita a experimentar el amor de manera auténtica y profunda, más allá de las palabras o conceptos.
El amor verdadero se basa en la entrega desinteresada, la aceptación mutua y la reciprocidad emocional. Es un recordatorio de la importancia de vivir el amor en su plenitud, con el corazón abierto y la mente en calma.
