
06/10/2024
UNA BUENA LECCIÓN (Cuentos Infantiles para leer)
Había una vez, una increíble aldea que se encontraba situada en algún lugar del mundo, la cual estaba habitada por ratones amables y trabajadoras, aquí prevalecían la armonía, la abundancia y la felicidad.
También vivía la familia Ratón, se trataba de familia más distinguida de la aldea, la cual tenía un hijo cuyo nombre era Bruno, quien además de ser orgulloso no le gustaba estudiar, solo le agradaba pasear.
Por lo regular los ratones recurrían a ante el Sr. Ratón para vender su cosecha, porque era el personaje más pudiente, y el único que podía pagar un buen precio por sus cultivos.
Pero Bruno Ratón además de ser presumido era rebelde, y arrogante, pues estaba seguro que tenía su vida resuelta, y no se preocupaba mucho por su futuro.
Aunque el Sr. Ratón, no aprobaba su actitud desinteresada, e insistía que Bruno debía aprender a ser sustentable, pero, el ratoncito estaba acostumbrado a tener todo lo que deseaba, y no mostraba interés a sus consejos, pues no comprendía el valor de las cosas, ni la importancia de la familia.
Dentro de su orgullo, Bruno solía divertirse y desperdiciar el tiempo, e ignorar los consejos de su padre.
Sin embargo, cierto día, en la aldea cayó una gran devastación, se perdieron las cosechas, y escaseaban los víveres, al poco tiempo todo quedó totalmente desértico y sombrío. Además, el Sr. Ratón se enfermó de gravedad, hasta que se vio imposibilitado para proveer alimentos a su familia.
Los ratones al descubrir que no tenían a quién recurrir para pedir ayuda, algunos decidieron emigrar a otros territorios en busca de mejorar sus condiciones, algunos otros se quedaron hacer frente a la vida.
Bruno Ratón no deseaba que su realidad fuera tan cruda, pero descubrió con preocupación que los víveres empezaron a escasear, el pobre ratoncito no encontró solución a su problema sintiéndose desprotegido y sin salida.
_ Mmmm… se termina el suministro ¿Qué debo hacer ante esta circunstancia? __ Dijo Bruno muy afligido.
La Sra. Ratón descubrió la preocupación en el semblante de su hijo, y desde su sitio de costura exclamó a Bruno.
_ Hijo, al parecer se ha terminado la ración de alimento, y ya no hay nadie que venga a solicitar de mi servicio de costura y remiendo, debemos encontrar una pronta solución, por lo pronto se amable, ¿Quieres? Lava las vasijas y barre la casa _ Dijo la Sra. Ratón
__ ¿Yo madre? __ Contesto Bruno
__ Por supuesto hijo, la unidad hace la fuerza, yo preparo los alimentos, tú haces la limpieza __ Agregó su madre
Bruno hizo un ademán de desconcierto porque no estaba acostumbrado a realizar labores domésticas.
Ante su situación, no se podía dar el lujo de protestar así que termino aseando la casa, y desde ese día empezó a colaborar con las actividades diarias del hogar, se terminó el privilegio de su vida acomodada, lavaba su ropa, lustraba zapatos, pero con tristeza vio que el alimento no era suficiente, sintió hambre, y frío.
__ Cuánto deseo una ración de queso, si antes no valore la comida, hoy me lamento __ Se dijo Bruno.
Pero Bruno Ratón no sé daría por vencido, porque si no podía escapar de su situación, entonces le haría frente. Pasaban los días y no había nada que comer.
Un día, Bruno Ratón advirtió que sentado no lograría progresar, así que decidió empezar por lavar los platos de la fonda de la esquina, a causa de la necesidad su orgullo se disolvía poco a poco.
__ Si no hubiese pasado esta tragedia, con seguridad Bruno seguiría derrochando el tiempo y el esfuerzo de su padre __ Murmuró la Sra. Ratón desde su sitio.
Además de traer un poco de semilla a casa, Bruno ayudaba a su madre a lavar la ropa, asear la casa, y también a preparar la comida.
Entonces, cuando Bruno recibió la primera compensación por lavar platos, se sintió satisfecho, aunque era pequeña pero valiosa, se percató que con buena actitud y empeño era posible volver a restaurar su situación.
Mientras meditaba qué debía hacer, caminaba siguiendo su sombra en el piso, pensaba en posibles soluciones, entonces observó un diminuto clavo que estaba incrustado en un trozo de madera, anhelado se dijo.
_ ¿Un clavo? _ ¿Para qué puede ser útil un clavo? _ Se preguntó Bruno Ratón.
La necesidad lo obligaba a aprender de la vida, valoraba lo poco que le quedaba porque descubrió, y valoró el esfuerzo de su padre para obtener el patrimonio, valoraba a su familia, valoraba la poca salud de su padre enfermo, valoraba la compañía y consejos de su madre, pues la sacudida que le estaba dando la vida también lo estaba obligando a doblegar su orgullo.
Observó el clavo detenidamente, y decidió levantarlo porque dentro de su conciencia sabía que el calvo estaba frente suyo por alguna razón, así que, lo levantó, y lo guardo.
Al día siguiente, al percatarse que la puerta de su hogar le faltaba un clavo, se propuso reparar el desperfecto, pero un pequeño ratón que casualmente transitaba por su sitio descubrió su habilidad como carpintero, rápidamente fue hasta él para proponer un negocio.
_ Bruno, puedes reparar una mesa, a cambio haré propaganda a tu destreza, traeré más clientes a tu carpintería _ Indicó el transeúnte.
_ ¿Carpintero yo? Bueno, suena complicado porque no se nada del oficio, pero no pierdo nada con intentar, y si gano mucho aprendiendo _ Contestó Bruno Ratón desconcertado.
Aunque anteriormente dentro de su arrogancia y orgullo no habría contemplado la idea de poner en práctica tan noble labor, ahora, la veía como una salida a su necesidad.
Desde ese día, llegaron clientes de diferentes aldeas a solicitar de su servicio de carpintero, entonces Bruno Ratón se dedicó a restaurar desperfectos, poco tiempo después aprendió a construir muebles.
La vida transcurría, su situación de vida mejoraba rápidamente, el nombre de “Bruno Carpintería” fue reconocido por todas las aldeas contiguas.
Fue de esta manera que Bruno llegó a ser el fabricante de muebles más prestigiado, muy rápidamente su fábrica se extendió en sucursales por todos los rincones del territorio, ratones proveedores iban y venían, sus muebles eran exportados al extranjero.
Los Sres. Ratón admiraron su trabajo, su empeño, su actitud, pero sobre todo honro su humildad, realmente se sentían orgullosos de su hijo.
Bruno Ratón, comprendió que la sencillez es clave importante para crecer en la vida, porque cualquier labor tan sencilla que sea no quita valor, al contrario, es de admirar porque la posición acomoda o carente, no es razón para definir a nadie.
Tal vez Bruno Ratón no se convirtió en el Ratón más rico del mundo, pero su recompensa la compartía con quienes más necesitaban, y ser bondadoso era una gran riqueza, más inmensa que el dinero y, se quedaba con la satisfacción al comprobar que, con buena actitud y empeño todo era posible, además aprendió que la vida golpea, pero detrás de ello tiene un propósito, de no haber sido por las circunstancias no habría descubierto a una idea descubre su virtud y talento.
_ ¡Felicidades hijo! Lograste superar los desafíos de la vida, pero sobre todo te dejo una buena lección __ Concluyeron sus padres Sres. Ratón.
Bruno Ratón, fue un ejemplo de vida, además llego a ser muy querido por tener un gran corazón y vivió muy feliz ...
FIN
Autora: Amparo Martí
TE Contaré UN Cuento, Amparo Martí
H. Matamoros, Tamaulipas, México.
(Imagen de derecho de autor)