15/10/2020
Los Globos y La Felicidad
Un día, un profesor quiso sorprender a sus alumnos con un juego didáctico que además iba a ser una gran lección. Por eso, cuando llegaron, les dio un globo a cada uno y les pidió que lo inflaran y escribieran en él su nombre con rotulador negro.
Todos los globos eran iguales, tenían el mismo color, pero cada uno tenía un nombre diferente.
Cuando terminaron, el profesor pidió a los niños que lanzaran su globo a cualquier lugar. Todos los globos comenzaron a revolotear por el aula y los niños se divirtieron mucho.
Después, el profesor les dijo:
– Ahora quiero que salgan de la clase un momento y vuelvan a entrar. Cada uno tiene que encontrar su globo en el menor tiempo posible.
A los niños les pareció un juego muy divertido. Salieron del aula y al volver a entrar, empezaron a correr por todas partes en busca de su globo. Y los globos, no paraban de volar de un lado a otro.
Entre risa y risa, los niños se dieron cuenta de lo difícil que era encontrar su globo, así que al cabo de unos minutos, el maestro dijo:
– Vale, paren un momento… Quiero que cada uno coja un globo cualquiera, lea el nombre y se lo entregue al niño al que pertenezca.
Cada uno de los niños fue cogiendo un globo al azar y llevándolo hasta su dueño. En solo cinco minutos, todos tenían su globo. El profesor, les dijo:
– ¿se han dado cuenta? Cuando buscan solo sus globo, no podian encontrarlo, pero al ayudar a sus compañeros, también recibiste el tuyo. Lo mismo pasa con La Felicidad. Si nos centramos en buscar solo la nuestra, tardaremos mucho en encontrarla. Si ayudamos a otros a encontrarla, encontraremos también la nuestra. Pensar en los demás, nos hace más felices.
Los niños aquel día se fueron a casa con una buena lección aprendida.