
07/02/2025
De vuelta a la pista, con una medalla que pesa más por su historia que por su metal.
Esta no fue solo una carrera.
Fue correr mientras mi mente estaba llena de pendientes,
mientras mi cuerpo pedía descanso
y mi calendario gritaba “no hay tiempo”.
No fue el ritmo.
No fue la distancia.
Fue lo que me costó llegar a la línea de salida.
Porque esta vez crucé la meta con más que sudor:
con decisiones difíciles tomadas en el camino,
con mi negocio sobre los hombros,
con cada paso recordándome que la disciplina se entrena más allá del cuerpo.
No es excusa.
No es para justificar el tiempo, la marca o el lugar.
Es para recordarme —y recordarte— que nada grande se logra en condiciones perfectas.
La meta siempre cambia.
Pero la decisión de avanzar, esa se entrena todos los días. Gracias a todos los que me ayudan a seguir avanzando.