24/04/2025
CONSTRUYE UN NEGOCIO DEL QUE PUEDAS SALIRTE.
Un chef hizo un restaurante que se volvió todo un éxito. El salón estaba repleto de comensales y a veces, para ingresar a comer, los clientes tenían que hacer largas colas.
Con los años el restaurante se volvió una marca muy reconocida, pero el chef estaba cansado, así que dijo: “venderé mi negocio.” El chef hizo contacto con un inversionista, pero el inversionista dijo que no compraría.
Usted tiene un buen negocio, realmente es un GRAN NEGOCIO.- dijo el inversionista. Sus números son muy buenos, pero no lo compraré.
El chef dijo: “¿pero por qué no? Tengo todo en regla…
El inversionista dijo: “he notado que todo depende de usted. Mi amigo, cuando usted se vaya, el éxito también se irá.” Luego el inversionista dijo: “Por favor, tiene que darse cuenta: usted es el éxito de su negocio y también su fracaso.”
La moraleja de esta pequeña historia es que algunos emprendedores no construyen un negocio, construyen una prisión.
La verdadera prueba del espíritu empresarial es construir una empresa que funcione sin ti.
Que no vayas a la oficina y todo siga funcionando como un relojito suizo.
¿Has visto los bancos? Los bancos funcionan sin que sus dueños estén atendiendo.
¿Haz visto los supermercados? Funcionan sin que los dueños estén allí metidos.
Claro, al inicio tú como emprendedor tienes que hacerlo todo. Al inicio te va a faltar tiempo. Pero conforme el negocio avance, tu también tienes que ir avanzando y tienes que ir conformando equipos de trabajo. Eso requiere que desarrolles tu liderazgo.
Sin liderazgo no hay nada. El secreto está en documentar todo: de esa forma vas a establecer procesos, y vas a ir estandarizando cada paso.
Piensa como si estuvieses creando un negocio para venderlo. Invierta en crear sistemas y procedimientos para que su negocio funcione sin usted. El objetivo es construir una empresa vendible donde otra persona dirija las operaciones cotidianas. El proceso comienza con la decisión de convertir tu negocio en algo más grande que tú mismo.