
07/05/2025
Una tarde en el parque con Cris y Andrés y su hermosa familia fue como abrir una ventana a la alegría genuina.
Sin poses forzadas ni guiones preestablecidos, cada risa, carrera y mirada cómplice se convirtió en un instante lleno de vida. Los árboles, el césped y la luz dorada de la tarde fueron testigos de un momento real, donde lo importante era simplemente estar juntos y disfrutar.
Los niños dejaron volar su energía, los padres se contagiaron de su entusiasmo, y cada miembro de la familia mostró su personalidad con total libertad: el más risueño, el más curioso, el más travieso... cada uno fue protagonista de esta historia visual.
Las fotos no son solo imágenes; son pedacitos de cariño, de travesuras y de ese amor que se siente sin necesidad de palabras. Una sesión divertida y creativa, tan auténtica como la familia que la inspiró.